Giras de Chespirito y la Vecindad del Chavo por America
Aprovechando su incalculable fama y calidad, Chespirito y su grupo de actores realizaban constantes viajes por toda la república Mexicana, además de viajes fuera de su país, pasando por todo centro y suramerica. Algunos detalles de sus viajes los estaremos recopilando a continuación.
Giras del Chavo del 8
– Los personajes de Chespirito convocaron un domingo de 1977 a 160.000 espectadores en dos funciones celebradas en el estadio de Santiago de Chile, sin contar las de la Quinta de Vergara, en Viña del Mar. Al Luna Park de Buenos Aires, con capacidad para 25.000 espectadores, lo llenó en 14 funciones consecutivas. Al Madison Square Garden, de Nueva York, lo colmó dos veces el mismo domingo en 1983.
– En Bogotá, Colombia, hace unos años, el gobierno de aquel país había suspendido las transmisiones del Chavo del Ocho; y unos ciudadanos realizaron una manifestación en la cual participó Chespirito y sus compañeros en defensa de la retransmisión del programa. Lo más curioso, fue que se armó una especie de cortejo fúnebre, y dentro de un ataúd iba una televisión, la cual con todos los formalismos que requería la ocasión fue sepultada en un panteón municipal a manera de protesta; y el gobierno no tuvo más remedio que programar nuevamente el Chavo del Ocho.
– En Santiago de Chile, en cierta ocasión en que todo el elenco de «El Chavo» llego a hacer unas presentaciones, era tanta la ansiedad de la gente por llegar a los actores, que don Ramón, quien a pesar de que en el programa de televisión aparentaba ser un hombre de carácter irritable en realidad le gustaba atender con gusto y cariño a sus admiradores. Desafortunadamente tuvo un momento de ofuscación cuando al estar comiendo en el restaurante del hotel llegó hasta él una mujer que se colo de la seguridad; y al estar junto a él le extendió un papel mientras le solicitaba un autógrafo, pero su insistencia era tanta que llegó el momento en que le atravesó el papel entre la cara y el plato de sopa que en ese instante comía. Ramón Valdés explotó en cólera y le gritó: «¡Por favor, señora, quiere dejarme comer!»